Mi historia
Del legado familiar a la alta pastelería: un camino de pasión, disciplina y exigencia.
Mawi Castelan
Chef Pastelera
Mexicana. 23 años. Creativa, apasionada y perfeccionista.
El origen de mi pasión
Crecí entre aromas a vainilla, mantequilla y chocolate.
En mi familia, la cocina era el corazón de todo: mi padre, empresario restaurantero, me enseñó a respetar el oficio y a entender la hostelería como un arte. Por otro lado, mi tía pastelera me abrió la puerta a un mundo de precisión, paciencia y magia.
Desde niña, mi lugar favorito siempre fue la cocina. Los postres me han acompañado toda la vida: me ilusionan, me retan y son, sin duda, mi gran pasión.

Mi propósito
Pasaba mis horas libres batiendo, mezclando, horneando; observando cómo una suma de ingredientes sencillos podía convertirse en algo extraordinario.
Descubrí pronto que un postre puede detener el tiempo, reunir a las personas y provocar felicidad genuina.
Ese sentimiento —crear pequeñas obras que hagan sonreír— es lo que guía cada una de mis decisiones.
Mi método
Mi método se basa en una combinación rigurosa de disciplina, creatividad y búsqueda constante de la perfección.
Soy consciente de que en la alta pastelería, un solo grado, un gramo o un segundo pueden marcar la diferencia entre un resultado bueno y uno perfecto.
Por eso, cuido cada detalle con precisión y dedicación, sin perder nunca la pasión por innovar y crear postres que no solo sean hermosos, sino también inolvidables en sabor:
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Selecciono materias primas nobles y de temporada, porque el sabor empieza en el origen.
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Diseño cada postre buscando armonía: dulzor medido, texturas que dialogan, presentaciones limpias.
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Elaboro de forma artesanal, sin atajos, con el tiempo y la paciencia que cada creación merece.
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Mantengo un sello técnico —precisión, constancia y control— que garantiza resultados memorables.
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Aplico la mentalidad del alto rendimiento: preparación, método y mejora continua en cada detalle.

Formación y Experiencia
Tras haber sido campeona nacional de salto con pértiga en México, decidí abandonar mi carrera como atleta de alto rendimiento y centrarme en mi verdadera pasión: la pastelería.
Quise llevar mi pasión al máximo nivel y cursé el Diploma de Pastelería en la escuela Le Cordon Bleu. Allí encontré el puente entre el rigor del deporte y la precisión de la alta pastelería: método, constancia y respeto absoluto por el producto. La técnica se convirtió en mi lenguaje: el brillo de un glaseado, la estabilidad de una crema, el punto exacto de una cocción…
Tras mi formación, me incorporé a un restaurante de dos estrellas Michelin en Madrid para realizar mis prácticas. Poco después, con 22 años, asumí la dirección de la partida de pastelería del mismo restaurante.
Aquella fue una etapa exigente y maravillosa: cada servicio era un compromiso con la perfección y una oportunidad para emocionar. El mismo rigor que aprendí en la pista lo llevé a cada pase de postre.
Mi filosofía
Después de esa experiencia, decidí emprender y crear Mawi Castelan con un objetivo claro: acercar la alta pastelería —hecha con técnica, sensibilidad y respeto por el ingrediente— a los momentos especiales de cada persona.
Quiero que cada creación sea única, que sorprenda por su equilibrio y que se recuerde por cómo hace sentir. Mi filosofía es simple y exigente a la vez: ingredientes de calidad, elaboración artesanal pieza a pieza y un estándar técnico propio de la alta cocina.
Más que un postre, una experiencia. Un instante para detenerse, celebrar y sonreír. Si algo define mi trabajo es el deseo de hacer feliz a la gente a través de lo dulce. Eso es Mawi Castelan: alta pastelería con alma, hecha para disfrutarse sin prisa.